Suelo utilizar como recurso al presentar
alguna opinión..., el método científico..., y luego de observarlo varias
veces.., surge la Teoría
que concluye en Ley…, y para la demostración…, es solo cuestión de esperar un
gesto de generosidad……, definiendo pelotudo.
El pelotudo no tiene ni bandera, ni
ideología…, solo milita en la estupidez.
El pelotudo…, no es lo mismo que el boludo.
La raíz de su pelotudes pandémica.., son la
carga de complejos de inferioridad que arrastra…, complejos que lo formatean
hasta desarrollar el empacamiento tozudo de adquirir desde cualquier forma…,,
una fama que lo torne visible…, aun…, cuando para esa fama deba de usufructuar
cualquier forma de entidad…, aun la entidad heredada.
El pelotudo potencia su falta de inteligencia
e introspección, manipulando, deformando, plantando subliminalmente conceptos
irreales para que sus interlocutores en un mismo formato se asocien en dar
entidad a esa deformación.
Por eso, aun pueden estar dentro de lo que
creemos como forma de diseñar la estructura de conformación social.
Ergo…, si vemos o recibimos alguna descarga de
“pelotudez”…, la manera del pelotudo es contestar con el mismo formato.
En la utopía…, por lógica, la oposición a
cualquier vacío de contenido es tratar de ser mejor.
La raíz sicológica que dispara la pelotudez y
la torna en pandémica, es el sentimiento de inferioridad…, ergo…, nada puede
dolerle más al pelotudo que encontrarse con alguien mejor del otro lado del
espectro.
Y es por eso que personajes como Macrí y muchos émulos locales aun
fuera de las líneas de su simpatía…., despiertan tantos adeptos…, sencillamente
porque generan empatía intelectual.
El pelotudo es frívolo…, frivolidad que genera
la elevación de lo material a la categoría de divinidad..., por eso se atrofia
las características del pensamiento y la búsqueda real de soluciones a los
problemas…, porque su limite de desarrollo cognitivo se genera en lo material
como sublimación.
Nunca va a molestarle que lo violen…, si quien
lo viola tiene un glamoroso estatus social…., porque hasta esa forma de
atención…, necesita el pelotudo.