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martes, 15 de julio de 2014

Kakistocracias. La profesionalización de la mentira. Falacias con entidad.

En la nueva forma social de interpretar la realidad, la mentira se ha convertido en un argumento más.
La acción de mentir, aun moralmente condenable, no así legalmente, poco a poco ha ido ganando terrenos hasta entrar hoy en limites que deberían de comenzar a replantearse y armar legislación para la utilización como argumento en caso de ejecutores con condición de profesionalidad o comunicadores.
Si es mi hija de cuatro años la que miente, la importancia y
relevancia social es nula. Doña Chola, en el consabido cuereo matinal a alguna vecina de vida más movida que la propia.
Pero cuando la falacia se convierte en un argumento con
fines específicos, expuestos por Jueces, Abogados, Periodistas, Funcionarios Públicos,
Dirigentes Sociales y Políticos en general, esta suma la manipulación del oyente a fines específicos venciendo limites de falta moral para convertirse lisa y llanamente en estafa por el fin que le da intención y las consecuencias impensadas que podrían generarse.
Por ejemplo, la reciente muerte a manos de una horda
vengadora, de un supuesto “motochorro”. Basta con evaluar la publica manipulación de la mentira como argumento desde los grupos periodísticos, que, al margen de “ganancias políticas”, las producciones extreman la presentación para ir ganando “ratings” como artilugios del llamado “minuto a minuto”. Entonces azuzados conductores y panelistas de ocasión, muchos profesionales de las Leyes o relacionados, emiten una serie de opiniones con carácter de “verdades” que desde una titulo doctorado se traducen en aceptación incontrastable de parte de la masa participante.
Una noticia, una estadística, una regla, una ley, una propiedad, un conflicto…., cualquier cosa que sea inventada en función de un rédito social y lucro, conlleva un riesgo potencial que determina el carácter de juzgamiento desde lo Legal que debería de legislarse y disponerse, de no ser porque los mismos actores adaptaron también su uso y aprovechamiento.
Finalmente, los límites entre la verdad y la mentira se funden
y el dicho chusma, la opinión, la especulación o solo un punto de vista, se convierten en una bruma que desestima cualquier intención de lógica o razón.
Ergo, hoy la sociedad navega en una sinrazón, tan insana
como insatisfecha, e intentar usar parámetro que diferencie y divida la obligación del derecho, es además de imposible, hasta ilógico considerando que siquiera lo escrito y las que se suponen deberían de ser las personas con la entidad para
ser su guardia, entienden la veracidad como norma.

La mentira convertida en argumento, y la mentira como contraposición de un argumento, están dando forma a una nueva mutación de la conciencia social colectiva donde por carácter transitivo, solo es cuestión de tiempo para que el evolucione a anarquía social irreversible.

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