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viernes, 8 de agosto de 2014

Kakistocracias. Una Pandemia llamada Recaudación. Posología.

Las sociedades elaboran caracteres y personalidades definidas. Comportamientos derivados de las siembras en programación cultural/educación y los desarrollos cognitivos expuestos por sus antecesores. Cada generación anterior formatea y da las normativas que determinan la acción y las formas de cada próxima generación.

Así como los padres a los hijos, cada reposición generacional de dirigentes político sociales, modelan paulatinamente los aspectos del comportamiento colectivo de una sociedad, pudiendo sumar condiciones geográficas y meteorológicas para cerrar la definición de caracteres.

Para terminar de comprender la idea, basta con evaluar comportamientos de religiones, tribus tanto genéticas como urbanas, hinchadas de clubes y hasta barrios, para llegar a conclusiones sobre acciones que emparentan el accionar grupal.

Entonces, se hace un poco más fácil de entender el porqué se cae en las falencias tanto de principios éticos como de capacidades cognitivas, de los dirigentes políticos y sociales que determinan la toma de decisiones administrativas que dan dirección a una sociedad.

Las falencias, tanto en capacitación como en desarrollo cultural, de la zona patagónica, determinan que el carácter de incapacidad para esa administración no sea producto de una generación espontánea.

Lo vemos también en el desarrollo de sus labores tanto en profesionales con títulos universitarios o en oficios que requieren mano de obra capacitada y la puntada fina que va generando la experiencia que se desarrolla trabajando durante un tiempo cerca de quienes llevan años en ello.

La conclusión decanta por carácter transitivo. Integrantes de la medicina que no tienen la capacitación y experiencia que les permite desarrollarse y terminan convirtiéndose en despachantes de medicación en función de generar lucro. Integrantes del Poder Judicial que bajo los mismos principios, mutan el desconocimiento escondiéndose tras los vicios que generan estos poderes, como los tráficos de influencias, corporativismo, deformación ideológica de la función en facilitar los accesos a los favores de la Justicia a quien más puede pagar y no a quienes detentan los derechos que otorga la verdad.

Integrantes de las fuerzas del orden público que deforman el carácter de servicio social como fundamentación de su formación.

Y nuestros beneméritos políticos, que desarrollados desde la función empresaria “exitosa” derivada de la “transa” como recurso para el lucro y entendiendo la administración como dinero para “tapar agujeros”, distan de contar con los recursos neurológicos y éticos para cumplimentar con una media de eficiencia, las tareas de administración y desarrollo de lo público.

Para ahondar un poco más en el porqué se atrofian paulatinamente las capacidades, la anticipación de posibles catástrofes e inconvenientes que las sociedades pueden afrontar, se pueden aportar algunos puntos emergentes.

En principio, quien se desarrollo desde el lucro generado por hechos de corrupción y el tráfico de influencias, solo entiende esa misma forma para desarrollar cualquier función o cargo detentado. No fue necesario capear crisis con administración del recurso, sino solo utilizándolo para tapar los problemas. Y quien tuvo más dinero que cultura al alcance, también se desarrollo neurológicamente limitado a ser manejado por ese dinero y ser quien lo maneja.

Ergo, es un acto mecánico el generar recaudación bajo cualquier forma sin una media de pensamiento en el servicio o bien común como fin, sino solo el de paliativos a problemas surgidos desde la deficiente administración e incapacidad para anticipar problemas o desarrollos sociales.

Pero, neurológicamente, el mensaje subliminal, lucro-poder-impunidad, determina el desarrollo cultural de estas sociedades desde la formación de complejos de inferioridad.

Se funda el éxito como un fin para “ser alguien en la vida”.

La prueba de ser “exitoso” es el poder adquisitivo.

Los Poderes del Estado, rinden pleitesía al “exitoso”.

Esa pleitesía determina la impunidad hasta caprichosa, porque el poderoso tiene la justicia de su lado porque puede pagarla, puede violar las leyes a su antojo, inclusive las mismas que lo favorecen por ese mismo poder y es cuestión de tiempo. Solo del paso de generaciones, tras generaciones e inhibir procesos de empáticos con lo que es humano, principios éticos para lograr ese éxito y los actos ilícitos para adquirir ese estatus termina por ser socialmente aceptado.

Es lógico…., la deformación neural que producen deformaciones psico intelectuales derivadas de los complejos implantados, determina por integrar actitudes ilícitas para integrar esa elite de poderosos impunes.

Generación tras generación, quien queda fuera de esa elite, por miedo y frustración, genera una progresiva generación espontánea de hechos ilícitos violentos, porque la respuesta neural en este caso es venganza, revanchismos y oportunismo.

Ergo, sociedades enfermas de ambos lados del espectro. Aun, quienes se encuadran dentro del espectro de “honestos”, integran una corrupción social institucionalizada hasta en las formas del combate y el reclamo.

Esto explica la formación de un virus de carácter pandémico entre los lideres político sociales llamado recaudación y da entidad a lo que hemos titulado, Una Pandemia llamada Recaudación.

Analizando ciertos personajes que de repente parecieran evidenciar una perdida casi mágica de inteligencia o sentido común y las respuestas de personas del entorno o rivales, me parece relacionar esos shocks, mas con una programación tanto educativa como del razonar de los meta mensajes que el sistema Capitalista y consumista, desde los fomentos tanto del materialismo como la frivolidad. A ver…, ejemplifico. De repente un históricamente relevante político, conocido por capacidad e inteligencia evidenciada durante muchos años de participación, de repente reaparece declarando una tontera sin el mínimo sentido, que explicación tiene…?? Que personajes reconocidos de la cultura se despachen con mismo razonamiento..?? Que de repente  a través de los medios, se dé cabida a evidentes actitudes delictivas, justificando y hasta escondiendo el acto, pero sin ser intencional….???

Y me parece, y solo “me parece”…, que el crecimiento desmedido de la impunidad mediático –social da entidad solo a quien “figura”. Entonces, personas que durante años tuvieron reconocimiento a partir de años de demostrar su compromiso, capacidad e inteligencia, hoy inconscientemente responden a la desaparición del reconocimiento por meritos,  en detrimento del figurar mediáticamente con actitudes cada vez mas carentes de convicciones, ubicación y lógica. En síntesis, pareciera que ante la pandemia de una militancia de la estupidez generalizada y casi implantada desde los medios en forma de publicidades basadas en actitudes de falta de principios y respeto por el otro para ser un “ganador”, y mismo fundamento en programas de TV, radio, revistas y diarios, desarrollando toda una inteligencia del casi delito para la captación de “clientes”.

Entonces y como conclusión llego a la idea que inconscientemente personas históricamente idóneas, cambian las formas paralelamente a la deformación que evidencia la ética social.

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