Las presentaciones de
reformas a los Códigos, Civil y Penal, han generado que finalmente desde el
Estado y sus instituciones Republicanas quede en evidencia la clase de locos
delincuentes que están decidiendo sobre nuestros futuros integrando el Poder Judicial
de la Nación
Argentina.
Cada exposición de
funcionarios, legisladores o dirigentes políticos, es una evidencia más y una
confesión entre líneas. Y a confesión de partes….., relevo de pruebas.
Al margen de deformaciones
éticas y de función, que el Poder mas impune y fácilmente corruptible adolece
con aumentos geométricos, generación tras generación…., lo mas peligroso es la
deformación sicológica e intelectual que decanta desde esa impunidad. Alguna
vez lo describí como una especie de Síndrome de Claudio César Augusto Germánico
a Nerón.
La total impunidad desde las
instituciones de poder, indefectiblemente termina por decantar en una
deformación intelectual y sicológica que convierte un lugar de preponderancia
por sabiduría y merito, en delincuencia institucionalizada y sus formas de
terrorismo ideológico.
El “Estado soy yo…..” de Luis
XIV, es asumido cognitivamente y década a década, aumentan sus neurosis
corporativamente.
Vale aclarar que , aun
dirigiéndome al Poder Judicial de Argentina, el Síndrome es una lógica
consecuencia del Capitalismo como sistema de agrupación en sociedades y por
lógica la respuesta social es la de un Síndrome de Estocolmo colectivo social,
casi mutando a una ley física como la
de ley de acción y reacción que esgrimió
Newton, …………..ley física que determina que dos cuerpos que obran uno sobre otro
desarrollan dos fuerzas que actúan en la misma dirección, que son de igual
intensidad, pero de sentidos opuestos….,.
Este mismo principio es
aplicable a cualquier cargo que detenta un mínimo de Poder desde la Impunidad legalizada por
el sistema.
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